Cardenismo: corporativismo, reforma agraria y nacionalización del petróleo.
El cardenismo, que se desarrolló en México bajo la presidencia de Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940), representó un periodo crucial en la evolución de la Revolución Mexicana y la consolidación de un estado posrevolucionario. Durante este tiempo, se llevaron a cabo tres pilares fundamentales de la política cardenista.
Primero, el corporativismo, un sistema en el que los trabajadores, campesinos y otros grupos eran organizados en sindicatos y organizaciones afines controladas por el gobierno. Esto buscaba asegurar la estabilidad social y económica y limitar los conflictos laborales.
Segundo, la reforma agraria, que se centró en la redistribución de tierras a campesinos sin tierra y comunidades indígenas. Esto buscaba abordar la desigualdad en la tenencia de la tierra y mejorar las condiciones de vida en el campo.
Tercero, la nacionalización del petróleo en 1938, un evento trascendental en la historia de México. Cárdenas expropió la industria petrolera, que estaba en manos extranjeras, y creó PEMEX, la empresa petrolera estatal. Esto no solo aseguró el control de los recursos naturales clave para el país, sino que también impulsó la economía mexicana.
El cardenismo dejó un legado duradero en México, sentando las bases para un estado más intervencionista y equitativo, y su impacto en la política y la economía mexicana continúa siendo relevante en la actualidad.
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